Estudiar en Portugal: el calvario de las visas y su impacto en miles de estudiantes internacionales

Un problema que afecta sueños y oportunidades
¿Imaginas ser aceptado en una universidad y no poder asistir porque tu visa tarda casi un año? Eso es lo que viven cientos de estudiantes internacionales que eligen Portugal como destino académico.
Estudiantes de países como Brasil, Angola, Cabo Verde, Mozambique y Guinea enfrentan esperas de hasta 12 meses para obtener el documento. Durante ese tiempo, pierden clases, pagan matrículas adelantadas sin garantía de reembolso y ven cómo sus sueños se complican.
El rector de la Universidad de Aveiro, Paulo Jorge Ferreira, explicó que este problema también afecta a investigadores, quienes muchas veces renuncian por la lentitud del proceso. “Es malo para ellos y para las universidades. La burocracia necesita cambiar”, afirmó.
Universidades públicas y privadas se ven perjudicadas por la situación. Según la Asociación Portuguesa de Educación Superior Privada (APESP), más de 60 estudiantes internacionales están esperando visas, muchos provenientes de India. La directora general de la Universidad Atlântica, Natália Espírito Santo, denuncia que incluso las matrículas prepagadas no son garantía de acceso.
“Es frustrante. Los estudiantes envían documentos financieros demostrando su solvencia, pero no reciben respuestas”, comenta.
Además, estudios recientes de NOVAFRICA revelan que el 93% de los estudiantes PALOP considera los retrasos en las visas como el principal obstáculo para su éxito académico.
A la frustración por los retrasos se suma otro problema: las tasas adicionales que deben pagar los estudiantes mientras esperan sus visas. Muchos estudiantes internacionales se ven obligados a pagar matrículas completas incluso si no pueden asistir a clases debido a la falta de documentos legales. Estas tasas no son reembolsables, lo que pone aún más presión sobre las familias que ya hacen grandes sacrificios económicos para financiar sus estudios.
En el caso de algunos estudiantes de países PALOP, la situación es más grave. La demora en las visas implica también costos adicionales de alojamiento y alimentación, pues deben permanecer en Portugal esperando que el Servicio de Extranjeros y Fronteras (SEF) procese sus solicitudes.
Según un informe de la União dos Estudantes da Língua Portuguesa (UELP), las tasas acumuladas por estos retrasos pueden alcanzar hasta 3.000 euros anuales por estudiante, sin incluir los costos de viajes fallidos por la falta de documentos.
Los expertos sugieren que los resultados de admisión se publiquen antes y que los procesos de visa sean más rápidos y priorizados. Sin embargo, el Ministerio de Relaciones Exteriores aún no da respuestas claras, dejando a los estudiantes y universidades en una constante incertidumbre.
“Portugal no será competitivo si sigue así. En otros países europeos, las visas se procesan en menos de dos meses”, afirma Luis Silva, miembro de la CESPU.
Por su parte, la Universidad de Lisboa está desarrollando una plataforma digital para facilitar el acceso a información sobre las solicitudes de visa, mientras que grupos de estudiantes organizan protestas para exigir respuestas.